Mostrando las entradas con la etiqueta Relaciones exteriores. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Relaciones exteriores. Mostrar todas las entradas

lunes, 11 de junio de 2018

Hoy en el mundo





Qué buscan Trump y Kim en su histórica cumbre: 5 claves de su reunión en Singapur

Si todo sale como está planeado, el líder norcoreano y el presidente estadounidense se encontrarán cara a cara en cuestión de horas. ¿Por qué es importante la reunión? ¿Por qué eligieron Singapur? ¿Qué desenlace se puede esperar? Aquí te damos las respuestas

BBC
Qué buscan Donald Trump y Kim Jong-un en su histórica cumbre: 5 claves de su reunión en Singapur.
Trump y Kim... cara a cara.
Es una imagen que cuesta imaginar pero que, si todo sale como lo planeado, pasará a la Historia.
¿Qué puede salir de ahí? ¿Qué quiere realmente el líder norcoreano? ¿Se repetirán Kim Jong-un y Donald Trump los insultos que se dedicaron el año pasado? ¿Se abrazarán como Kim hizo con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, hace dos meses?
¿Por qué es tan importante lo que pase en Singapur?
En BBC Mundo nos hicimos estas y otras preguntas sobre la cumbre del 12 de junio, y aquí tratamos de responderlas.
¿Por qué pasará a la Historia?
Los medios de comunicación han repetido hasta la saciedad que esta es una reunión "histórica" y puede que algunos piensen que ya se produjo un encuentro igual de importante.
Es relativamente cierto. Hace tan solo dos meses, ya ocurrió una "cumbre histórica": la de los dos líderes coreanos en la frontera que separa el Norte y el Sur, donde ambos se comprometieron a buscar la "completa desnuclearización" de la península y el fin de la guerra en la que, técnicamente, aún están.
Sin embargo, esta cita es más relevante.
BBC
Para encontrarse con Trump, Kim realizará el viaje más largo que haya hecho hasta el momento.
¿Por qué? Por una sencilla razón: se trata de una situación inédita. Nunca antes un presidente estadounidense en el cargo se ha reunido con el líder norcoreano en el poder.

Y eso no significa que no se intentara o que no se hubieran producido negociaciones entre ambos países; pero nunca llegaron a fructificar para sentar a ambos líderes en la misma mesa.

Por eso, el cara a cara de Trump y Kim es tan esperado, pese a que sigue siendo una incógnita los frutos que puede dar.
¿Qué tiene Singapur?
Después de barajarse destinos como Mongolia e incluso la zona desmilitarizada que separa a las dos Coreas -y que, pese a su nombre, es una de las fronteras más militarizadas del mundo-, Corea del Norte y Estados Unidos decidieron reunirse en Singapur.
El pequeño y moderno país, situado en el sudeste asiático y considerado uno de los "tigres" económicos de la región, es una nación con la que tanto EE.UU. como Corea del Norte tienen buenas relaciones y por tanto, es un espacio neutral y seguro.
Singapur
El lujoso hotel Capella será donde se reunirán Trump y Kim. Es el lugar elegido por estrellas como Lady Gaga cuando está de gira en el país.
Pyongyang incluso tiene embajada en la ciudad-Estado, algo no muy habitual, y siempre mantuvo con los norcoreanos una estrecha cooperación comercial, interrumpida el año pasado por el endurecimiento de las sanciones internacionales.

Además, Singapur también se vanagloria de su estabilidad y seguridad, gracias a las numerosas y estrictas normas que tiene (como por ejemplo, la prohibición de protestas).
¿Qué busca Trump en la reunión? ¿Y Kim?
Empecemos por Trump, aunque no porque sea más predecible.

Al principio, el presidente estadounidense dejó claro que su objetivo era que Kim Jong-un se deshiciera de sus armas nucleares de forma inmediata y unilateral, pero ha ido moderando su discurso.

En una entrevista con la cadena Fox News, Trump dijo que le gustaría que la desnuclearización de Corea del Norte se llevara a cabo "de forma inmediata, pero físicamente, una fase transitoria puede ser un poco necesaria".
Singapur
Famosos imitadores de Kim Jong-un y Donald Trump ya llegaron a Singapur.
"Ojalá supiéramos lo que quiere conseguir Trump (...). En cierto modo, lo que está haciendo es redefiniendo el éxito a lo que él quiere", considera David Kang, director del Instituto de Estudios Coreanos de la Universidad del Sur de California.

La desnuclearización verificable, el objetivo marcado por el presidente estadounidense, puede tomar años, según los especialistas en el área.

No obstante, el mero hecho de que la reunión ocurra puede ser interpretado por ambos líderes como un éxito.

"Irónicamente, el sentido común nos dice que Corea del Norte es quien quiere reconocimiento y que ve el encuentro como un premio; pero en cierto modo, Trump también está feliz de tener esa reunión simplemente para demostrar al mundo que él puede hacer algo que otros no pudieron en el pasado", remarca Kang en declaraciones a BBC Mundo.
BBC
Kim, por su parte, busca sentarse a la mesa frente a Trump para ser "aceptado internacionalmente como un poder nuclear", destaca Sue Mi Terry, quien trabajó como analista de asuntos coreanos para la CIA de 2001 a 2008, y como consejera del gobierno de Georg W. Bush y Barack Obama.

"Quiere respeto (...). Tras llevar a cabo un programa de armas nucleares durante siete años que ahora que dice que lo ha completado, no le importa sentarse con Washington como un igual y hablar del control de armas".

Michael Madden, especialista en el liderazgo norcoreano, cree además que buscará "seguridad": facilitar futuras interacciones diplomáticas con los estadounidenses y abrir las negociaciones para firmar el tratado de paz que ponga fin a la guerra coreana.

Todo ello puede llevar a que se abra al exterior y consiga ayuda para su debilitada economía, su tercer objetivo: la ansiada prosperidad.
¿Qué conseguirán?
En general, los analistas consultados por BBC Mundo no esperan que se produzcan grandes anuncios en Singapur. Aunque ello no implica que no pueda considerarse un éxito diplomático.

"¿Creo que llevará al desmantelamiento total y verificable del programa armamentístico nuclear de Corea del Norte? No. ¿Tendremos algún tipo de acuerdo sobre algunos aspectos de su programa nuclear? Seguro", opina Sue Mi Terry, asociada actualmente con el Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad de Washington.

"Debemos esperar un comunicado conjunto parecido a la declaración de Panmunjom", dice Madden en referencia a las conclusiones del encuentro entre Kim y el líder surcoreano el pasado abril.
BBC
Kim Jong-un y Moon Jae-in se comprometieron a finalizar las "actividades hostiles".
El mejor resultado posible, en opinión de Kang, es que EE.UU. y Corea del Norte hablen en detalle de cómo gestionarán su relación y que Pyongyang dé más pasos hacia la desnuclearización de lo que ya ha hecho.
¿Será el mundo un lugar más seguro tras la cumbre?
Pese a que ambos líderes son bastante impredecibles y a que Trump asegurara que abandonaría la reunión si no va bien, las "probabilidades de que empeore la situación son muy bajas", considera Kang.

Para el director del Instituto de Asuntos Coreanos, ya se han conseguido logros que eran inimaginables hace seis meses.
"Corea del Norte ha hecho grandes concesiones"
David Kang, director del Instituto de Estudios Coreanos de la Universidad del Sur de California
"Si hubiera dicho entonces que Corea del Norte pararía de forma voluntaria sus pruebas de misiles y sus pruebas nucleares, y que incluso desmantelaría los dos enclaves donde hacía esas pruebas: que se mostraría dispuesta a la desnuclearización en sus términos y si el acuerdo es bueno; que acudiría a los Juegos Olímpicos (celebrados en Corea del Sur); que hablaría de abrirse al mundo... ¡la gente se hubiera reído de mí por ser un ingenuo!".

"Y eso es lo que ha hecho: son grandes concesiones (...). Así que si va mal, volveremos a una situación diferente a la de antes", remarca.
También hay quien se muestra más pesimista.

"Trump y Kim no tienen una relación (forjada). El problema en el caso de la cumbre de Kim y Trump es que no tienen nada a lo que volver", opina Nikolai Sokov, quien trabajó para el ministerio de Exteriores de la desaparecida Unión Soviética y participó en las negociaciones con EE.UU. sobre las armas nucleares de Rusia.

"Si fracasan, será malo".


martes, 27 de marzo de 2018

¿Sabes que es Bolivia Mar? Enterate aquí





Bolivia Mar, la playa que Perú le cedió a Bolivia y que lleva 26 años en abandono

Fue presentada en 1992 como el "retorno" de Bolivia la mar: una franja de cinco kilómetros en Perú que Bolivia podía utilizar por 99 años. BBC Mundo la visitó más de dos décadas después y esto es lo que encontramos

Cuando David Herrada fue nombrado en el 2017 cónsul de Bolivia en la ciudad peruana de Ilo, pensó que convertir aquel puerto en el principal punto de entrada y salida de productos de su país iba a ser una tarea simple.
Después de todo, los bolivianos ya contaban con un trozo de costa a menos de 20 minutos en automóvil, una franja de cinco kilómetros de largo y menos de un kilómetro de ancho que Perú le cedió al país vecino en 1992 por 99 años: Bolivia Mar.
Los políticos de la época enumeraron las posibilidades del terreno. Se habló de terminales de carga, hoteles, fábricas.
El acuerdo fue firmado por el entonces presidente peruano, Alberto Fujimori, y su par boliviano, Jaime Paz Zamora, cuya imagen dentro del agua con los pantalones remangados aún es usada por simpatizantes y detractores de la idea.
La concesión, se decía, serviría para reducir los lazos comerciales con los puertos chilenos de Iquique y Arica, por donde Bolivia ingresa y despacha la mayor parte de su mercadería, y dejar atrás por fin la paradoja de que su acceso al océano dependa del país que se quedó con sus provincias costeñas tras la Guerra del Pacífico (1879-1884), en la que Bolivia y Perú se enfrentaron a Chile.
BBC
Pero, poco después de instalarse en su nueva oficina, Herrada se dio cuenta de que sus expectativas no iban a cumplirse.

Y de por qué, 26 años después, en Bolivia Mar no había más que un desierto.
Dos mujeres
Al sur de la Costanera, la carretera que recorre el litoral peruano, hay un cartel verde con letras blancas que invita a seguir de frente para llegar a la ciudad de Tacna, en la frontera con Chile, o a doblar a la derecha y tomar un camino de tierra para acceder a Bolivia Mar.

Bolivia y el mar aparecen juntos en el letrero, pero llevan 139 años separados.

Cada 23 de marzo, el país celebra el Día del Mar para recordar la pérdida del litoral ante Chile, al que esta semana le reclama en la Corte Internacional de Justicia de La Haya que se siente a negociar una salida soberana al Pacífico.
Autoridades peruanas y bolivianas realizan en esta fecha actos simbólicos frente a lo único que alguna vez llegó a construirse en Bolivia Mar: una escultura de 21 metros, hoy tan oxidada que se le han desprendido varios trozos.

Tiene la forma de dos rostros de mujer, uno que mira hacia Bolivia y el otro, hacia el Pacífico.
Un poco más adelante, el visitante se encuentra con la empinada cuesta que hay que bajar para alcanzar la playa.

En la cima, un pescador se refugia del sol en una choza que ha improvisado con lonas y palos.

Abajo, en la orilla, entre cadáveres de medusas y alguna botella de plástico, Herrada aprovecha los ratos muertos de la entrevista para recoger conchas de colores que le regalará a su familia cuando regrese a Bolivia.

"Lamentablemente, las poblaciones de Ilo como de Bolivia no nos enteramos (bien del proyecto). Todo el mundo piensa que Bolivia Mar es para (construir) un gran puerto. Pero, en realidad, es (sólo para) turismo", le explica a BBC Mundo una mañana de mediados de enero.
¿Un gran hito?
Los convenios de Ilo firmados por Paz Zamora y Fujimori en 1992 estipulaban la cesión de Bolivia Mar, pero también otros dos elementos: crear una zona franca industrial en la ciudad peruana y dar facilidades a los bolivianos para que usaran las instalaciones portuarias de esa localidad.

Por eso, los mandatarios anunciaron la medida como un hito importante.
Una "gran victoria nacional, por volver a ser un país marítimo", llegó a decir el líder boliviano, según recogió un artículo del diario español El País.

Pero estos tratados no daban a Bolivia soberanía sobre la franja; sólo le autorizaban a darle un uso: el turístico.

La zona franca nunca se puso en marcha y, según explica el cónsul, sólo un puñado de empresarios de su nación utiliza Ilo porque sus tarifas son más caras que las de los terminales chilenos.

En cuanto al turismo, en aquella explanada no se llegó a poner ni una sombrilla.

La playa está en mar abierto y es incómoda para los bañistas.

Los pescadores peruanos, los únicos que le sacan provecho, aseguran que está llena de rocas afiladas, que espantan a las barcas pero dejan un criadero de peces exclusivo para quienes trabajan desde la orilla.

Instalar un rompeolas, ampliar el área de baño y habilitar un acceso menos accidentado requeriría una inversión de US$250 millones, según el diplomático.

"Yo creo que es un presupuesto 'no tan poco'… Es posible sacar adelante ese proyecto, pero siempre y cuando haya también más participación y afluencia de bolivianos a Ilo", sostiene.
El único brote
Nancy Arequipa, una profesora de La Paz de 40 años, no ha ido nunca a Bolivia Mar pese a que veranea en Ilo desde su adolescencia.

Aunque ha oído que "hay casitas y un muelle", le preocupa hacer el largo trayecto en taxi hasta allí y descubrir que no hay dónde comer o dormir.

No sabe que, en realidad, la playa está abandonada, pero algo sospecha.

"Sería bueno, pero no sé por qué los bolivianos no estemos yendo. Tal vez no sea un buen lugar", le comenta a BBC Mundo en el muelle fiscal de Ilo, donde ella y su familia esperan turno para pasear en barco por la bahía y ver a los lobos marinos.

Esta es una de las dos actividades más turísticas en esta ciudad peruana de 70.000 habitantes.

La otra, consiste en bañarse en la playa de Pozo de Lisas, a menos de cuatro kilómetros del centro.

Ambas están incluidas en los paquetes que los turistas bolivianos contratan con Catacora Tours, el único brote que Bolivia Mar logró generar en el sector turístico.
Esta agencia de viajes nació poco después de los convenios de Ilo con el único propósito de llevar a los bolivianos hasta la que acababa de convertirse en su única playa, le cuenta a BBC Mundo Luis Catacora, responsable de la empresa.

La idea fue de su padre, que había sido contratado para transportar a una caravana de autoridades, periodistas y empresarios a la ceremonia de inauguración de Bolivia Mar, en la que Fujimori y Paz Zamora revelaron una placa que rezaba "A la integración y confraternidad Perú-Bolivia" y de la que, hoy, solo queda la base de cemento.

"Pensamos '¡Qué bonita playa! Queda cerca…' y, como siempre tenemos esa rencilla con Chile, la intención era fomentar el turismo hacia esta parte de Perú, porque toda la gente se iba a las playas chilenas", recuerda el empresario.

Muchas cosas han cambiado desde entonces.

En esa época, el viaje desde La Paz duraba unas 14 horas por pistas no asfaltadas. No era raro tener que bajar a los pasajeros a medio camino para que ayudaran empujar el autobús.

"Era toda una aventura", ríe el empresario.
Ahora, el trayecto no supera las ocho horas gracias al corredor bioceánico, el proyecto para unir el Atlántico brasileño con el Pacífico peruano a través de Bolivia y que incluye la mejora de carreteras.

Lo que dejó de estar en condiciones fue la escultura inaugural.

Ya no queda ni un peldaño de la escalera interna por la que sus clientes subían a fotografiar las vistas y Catacora cree que se puede caer "en cualquier momento".

Como no quiere poner en peligro a sus viajeros, la playa que inspiró a su padre a crear la agencia ya no forma parte del recorrido.
¿Segundo plano?
En el puerto de Ilo, hay distintas teorías sobre por qué nunca se aplicaron los convenios firmados en 1992.

"Si Bolivia utiliza lo que le ha cedido Perú, Chile lo verá como un pretexto para no darle su salida soberana", opina Juan Sánchez, un transportista de 76 años, mientras espera su turno para cargar su camión con pescado.

Según el historiador peruano y analista internacional Daniel Parodi, no está muy equivocado: "¿Qué pasaría si Bolivia gana en La Haya y Chile le permite construir un puerto en Arica?"

Esta incógnita, junto al corredor bioceánico, habrían quitado atractivo a los convenios de Ilo, según el experto.
Herrada, en cambio, insiste en que este es "uno de los puertos en los que tienen puestas sus grandes esperanzas" los bolivianos.

El cónsul asegura que apostar por Ilo en detrimento de Arica e Iquique no es un capricho, sino una necesidad.

El terminal de Arica, donde la carga boliviana representa ocho de cada 10 toneladas, mueve el doble de toneladas que hace una década, según los datos del Sistema de Empresas (SEP), el órgano que evalúa a las compañías estatales en Chile.

Y en el de Iquique, los niveles se han mantenido estables gracias al crecimiento del comercio boliviano, que ayudó a compensar la caída de la actividad en este terminal, según admite la Empresa Portuaria de Iquique en su memoria del 2016.
Estos incrementos han provocado que las instalaciones chilenas "se queden pequeñas" para la economía boliviana, según le aseguraron a BBC Mundo fuentes portuarias de Bolivia.
Los obstáculos
El camino aún es largo: el puerto de Ilo no moviliza ni una décima parte de la carga del de Arica.

Además de antiguo y limitado, necesita una mayor protección del oleaje y se encuentra en pleno casco urbano, lo que complica ampliar sus vías de acceso.
Tanto las autoridades peruanas como las bolivianas admiten que el terminal requiere una inversión de por lo menos US$300 millones.

Perú exige garantías de que las importaciones y exportaciones bolivianas vayan a ser tan numerosas que valga la pena desembolsar tal suma, según explican las fuentes portuarias de Bolivia.

La posición de La Paz, según estas fuentes, es la contraria: Lima debe invertir primero y rebajar sus tarifas de descarga, más caras que las chilenas, para poder resultar atractivo al empresariado del altiplano.

"Si en este momento estamos beneficiando a la hermana república de Chile con entre US$9.000 millones y US$10.000 millones de dólares anuales, sólo con exportar o importar por Ilo una tercera parte ya serían US$3.000 millones que con seguridad traerían un gran desarrollo a esta ciudad", opina el cónsul.

¿Y Bolivia Mar?

Herrada está convencido de que si Ilo llega a convertirse en un puerto relevante para Bolivia, se creará una demanda que haga posible un darle un uso turístico a la playa.

"Cuando exista ese comercio, todos los bolivianos que vengan a hacer turismo también vendrán a hacer compras", afirma. Y recoge una última concha de color.