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Guerra entre incas y chancas
Guerra entre incas y chancas
La guerra entre incas y chancas tiene un carácter épico pues marcó un antes y un después en la rápida expansión incaica y la posterior conformación del imperio del Tahuantinsuyo. Ambas etnias pretendían el control del territorio rival por lo que el enfrentamiento era inevitable. Conoce detalles de cada cultura y los sucesos durante la famosa guerra inca-chanca.
La guerra entre incas y chancas
Sobre el conflicto inca vs. chancas existen varios cronistas que escribieron sobre este conflicto durante la época colonial. Una de las obras más destacables es ‘Crónica del Perú’ de Pedro Cieza de León en 1533. Algunos de los otros cronistas que escribieron sobre esta guerra son: Juan de Betanzos, Sarmiento de Gamboa, Bernabé Cobo, Las Casas, Garcilaso de la Vega, Cabello de Balboa y más.
Contexto
La guerra entre incas vs. chancas se llevó a cabo alrededor de 1440 D.C. En ese contexto ambos bandos venían expandiendo sus territorios mediante alianzas con los pueblos vecinos. Los chancas, pueblo guerrero, buscaba conquistar Cusco para lograr así dominar todo el territorio sur-andino del actual Perú.
Las etnias pequeñas que habitan los territorios situados entre incas y chancas (como los canchis y canas) no se decidían a quien apoyar pues aguardaban estar del lado de los vencedores en el caso de una guerra.
Los incas eran un curacazgo que todavía no buscaba ser un estado conquistador. Sus alianzas con pueblos vecinos le ayudaron a expandir ligeramente su territorio cuya capital estaba en la ciudad del Cusco.
Por su parte, al momento de la guerra, los chancas eran liderados por ‘Anccu Huayco’ quien reunió un poderoso ejército de hasta 40 mil hombres para sitiar la ciudad del Cusco. Los chancas eran considerados sanguinarios al momento de la guerra. Esto en base a las torturas que realizaban con los prisioneros de guerras.
La ofensiva chanca tomó por sorpresa a los incas. El gobernante Viracocha (1380 – 1438) junto con su hijo y sucesor al trono Inca Urco así como a varios nobles decidieron emprender la huida dejando a su suerte la ciudad del Cusco. En este contexto aparece la figura de Túpac Inca Yupanqui, quien asumió el liderazgo de la resistencia inca. Es así que inicia las sanguinarias guerras entre incas y chancas.
Los incas
La guerra con los chancas marcó un antes y un después en la historia de los incas. Antes, alrededor del siglo XIV, eran un curacazgo que se estableció en el valle de la actual ciudad del Cusco imponiéndose o haciendo alianzas con los pocos ‘ayllus’ o familias que allí habitaban.
Sin embargo, los incas todavía no se consolidaban como un estado o nación. Durante el gobierno de Cápac Yupanqui (X – 1350 D.C.). se logró una ligera expansión gracias a conquistas ante los ‘condesuyo’. Aun así, los límites del curacazgo no podían ampliarse más debido a la presencia amenazante de los chancas.
Gobernaba el curacazgo del Cusco el inca Viracocha (1380 – 1438) quien delegó el trono (la mascaipacha) a su hijo predilecto Inca Urco. Éste no poseía las cualidades necesarias pues era dado al sexo y las bebidas alcohólicas. La nobleza inca estaba disgustada con esta decisión pues la invasión chanca era inminente.
Cuando los chancas enviaron un mensaje de rendición al Cusco, Inca Urco y su padre Viracocha huyeron hacia los reinos del Valle Sagrado. Ante la ciudad desprotegida, se alzó la figura de Túpac Inca Yupanqui, hijo de Viracocha al que se le negó la mascaipacha. Fue este valeroso guerrero que enfrentó y derrotó a los chancas. Luego de la victoria fue nombrado inca bajo el nombre de Pachacutec (palabra quechua que quiere decir ‘inca del cambio del rumbo de la tierra y digno de estima). Justamente fue Pachacutec quien, entre otras obras, construyó Machu Picchu.
Los chancas
La etnia o cultura chanca surgió en los territorios andinos sureños del Perú (actuales regiones de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica) durante los años 1200 al 1440 D.C., aproximadamente. Diversos investigadores sugieren que los chancas ocuparon los territorios abandonados por el poderoso imperio Wari a inicios del siglo XIII.
Los chancas rivalizaban con los incas pues ambos tenían propósitos expansionistas y compartían la misma región del sur-andino del Perú. A lo largo del siglo XIV tuvieron diversos enfrentamientos con victorias y derrotas en ambos bandos.
Durante la guerra inca vs. chanca, estos últimos vivían una época de apogeo debido a diversos factores como conquistas y su fama de salvajismo en la guerra. Las crónicas señalan que gritaban desaforados en el combate y que torturaban a los prisioneros de guerras. Además eran famosos por llevar consigo las momias de antiguos curacas como forma de darse ánimos en batalla.
Es así que en 1438, bajo el liderazgo de Anccu Huayco y luego de enviar un mensaje de rendición, se dirigió a la ciudad del Cusco con 40 mil hombres decidido a someter a sus enemigos. El inca vigente Inca Urco y su padre Viracocha huyeron dejando la ciudad desprotegida. Algunas crónicas señalan que había una excesiva confianza del bando chanca quienes no esperaban la aguerrida defensa de Túpac Inca Yupanqui.
La guerra
La guerra entre incas y chancas tuvo muchos capítulos. El conflicto comienza a finales del siglo XIV cuando los chancas invadieron Andahuaylas, pueblo aliado a los incas. El gobernante Inca Roca, apoyado por los pueblos Canchis y Canas, reunió un ejército de 20 mil hombres y edificaron un puente sobre el río Apurímac. Finalmente lograron la derrota chanca.
Desde entonces la inminente guerra se sucedió con victorias y derrotas en ambos bandos, según las alianzas conseguidas con los pueblos vecinos. Éstos apoyaban al mejor bando, según sus intereses. Finalmente en 1438 los chancas, bajo el mandato de Anccu Huayco, reunieron un ejército de cuarenta mil hombres y buscaron sitiar la ciudad del Cusco.
Aquí las crónicas señalan que el ejército chanca se dividió en 3 bandos. La confianza de una victoria era tal que solo uno de los ejércitos llegó a la capital inca. Ante la inminente invasión chanca, el gobernante Inca Urco y su padre Viracocha escaparon a la fortaleza de Caquia Xaquixahuana.
Ante el desgobierno del Cusco y la inminente invasión chanca, se alza la figura del joven Cusi Yupanqui, hijo de Viracocha a quien le negó el gobierno. Cusi Yupanqui reúne al ejército, busca alianzas con las etnias vecinas y defiende Cusco. El nuevo líder reclutó un ejército de más de 20 mil hombres. Le ofreció la paz a los chancas pero éstos se negaron. Según relatan las crónicas el líder chanca Anccu Huayco respondió: “Mañana se verá quien merece ser rey y quien puede perdonar”.
El cronista Sarmiento de Gamboa menciona que durante la lucha en la ciudad del Cusco también participó la población civil cusqueña. Las trampas colocadas en los barrios y calles fueron claves para la victoria inca. Los chancas huyeron del Cusco sorprendidos de la resistencia de Cusi Yupanqui.
El ejercito inca
La batalla de Yahuarpampa y la figura de Pachacutec
Durante la retirada chanca, el líder Anccu Huayco desafía a Titu Cusi Yupanqui a una batalla entre sus ejércitos en las llanuras de ‘Ichupampa’. El joven guerrero aceptó. Las etnias vecinas, sorprendidas del valor del nuevo líder inca, apoyaron a los cusqueños.
Durante la batalla los incas triunfaron gracias a la estrategia y valor de Titu Cusi Yupanqui. Finalmente, los incas capturaron la momia de Usco Vilca (que cargaban los chancas para darse ánimos en batalla). Otras versiones sostienen que Titu Cusi decapitó a los jefes chancas y se hizo con sus cabezas para imponerse a sus enemigos. Desde entonces, el lugar de batalla se llamó ‘Yahuapampa’, palabra quechua que significa ‘pampa de sangre’.
Algunas crónicas señalan que murieron 30 mil chancas y casi 10 mil incas. Lo cierto es que Titu Cusi Yupanqui logró romper el equilibrio de fuerzas a favor de los incas quienes pasaron a dominar toda la región sur-andina del actual Perú.
La magnificencia de esta batalla se convirtió en leyenda al afirmar que las piedras se convirtieron en soldados que apoyaron a los incas. Esta versión es conocida como la ‘Leyenda de los soldados Pururaucas’.
Consecuencias de la guerra
Algunas versiones señalan que los incas, liderados por Titu Cusi Yupanqui, perdonó a los líderes chancas que quedaron vivos para consagrar su alianza y dominio final. Otras versiones dicen que solo perdonó a los ayllus que apoyaron a los chancas contra los incas. Lo cierto es que los incas consagraron su dominio definitivo sobre los chancas.
Por otro lado, Titu Cusi Yupanqui regresó triunfante al Cusco donde lo esperaba un recibimiento de júbilo. Su figura fue aclamada por la nobleza y el pueblo. Su padre, el inca Viracocha, fue perdonado. Su hermano Inca Urco, según refieren las crónicas, murió al revelarse contra Titu Cusi Yupanqui quien fue nombrado inca bajo el nombre de Pachacutec.
Debido a la conquista chanca y la posterior expansión del territorio, el curacazgo del Cusco pasó a convertirse en un imperio. Pachacutec reformó el Estado inca que pasó a llamarse ‘Tahuantinsuyo’. El plan expansionista inca duraría más de un siglo abarcando parte de los actuales territorios de Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Chile y Argentina. Pachacutec, tras la victoria chanca, construiría el imperio más grande de Sudamérica.
martes, 9 de agosto de 2022
La numeración Maya
- LA NUMERACIÓN MAYA
Los mayas crearon un sistema de numeración como un instrumento para medir el tiempo y no para hacer cálculos matemáticos. Por eso, los números mayas tienen que ver con los días, meses y años, y con la manera en que organizaban el calendario.
El sistema de conteo maya requería sólo tres símbolos: un punto que representaba el valor de uno, una barra que representaba el cinco y una concha que representaba el cero. Estos tres símbolos se usaban en varias combinaciones, para realizar un seguimiento de los eventos del calendario tanto pasados como futuros, y para que incluso las personas sin educación pudieran hacer la aritmética simple necesaria para el tráfico y el comercio. Que los mayas entendieran el valor del cero es notable: la mayoría de las civilizaciones del mundo no tenían el concepto de cero en ese momento.
Los mayas usaban el sistema vigesimal para sus cálculos, un sistema basado en 20 en lugar de 10. Esto significa que en lugar del 1, 10, 100, 1000 y 10,000 de nuestro sistema matemático, los mayas usaban 1, 20, 400, 8,000 y 160.000.
Los números mayas, incluidas las fechas del calendario, se escribieron de abajo hacia arriba, en lugar de horizontalmente. Como ejemplo de cómo funcionaban, el tres estaba representado por tres puntos en una fila horizontal; 12 eran dos barras con dos puntos en la parte superior; y 19 eran tres barras con cuatro puntos encima. Los números mayores de 19 se representaron con el mismo tipo de secuencia, pero se colocó un punto sobre el número para cada grupo de 20. Treinta y dos, por ejemplo, consistían en los símbolos de 12, con un punto encima de todo. representando un grupo adicional de 20. Por lo tanto, el sistema podría extenderse infinitamente.
Los mayas consideraban algunos números más sagrados que otros. Uno de estos números especiales era el 20, ya que representaba el número de dedos de manos y pies con los que podía contar un ser humano. Otro número especial era el cinco, ya que representaba el número de dígitos de una mano o un pie. Trece era sagrado como el número de dioses mayas originales. Otro número sagrado era el 52, que representaba el número de años en un “paquete”, una unidad similar en concepto a nuestro siglo. Otro número, el 400, tenía un significado sagrado como el número de los dioses mayas de la noche.
La matemática era una disciplina lo suficientemente importante entre los mayas que aparece incluso en su arte, como pinturas murales, donde los escribas matemáticos o matemáticos pueden ser reconocidos por los rollos de números que cuelgan de debajo de sus brazos.
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Unidos Si Podemos
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PACHACUTEC: "El más grande hombre de raza aborigen que América haya producido"
jueves, 26 de mayo de 2022
Serie Alimentos Andinos: La Llama y la Alpaca
Fuente: Complejo Arqueológico El Brujo