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jueves, 8 de marzo de 2018

Se renuevan las neuronas a la edad adulto





¿Se siguen produciendo neuronas durante la edad adulta?

Un nuevo estudio científico revela nuevos detalles sobre la producción de neuronas en la edad adulta


Neuronas
La investigación fue publicada en la revista Nature. (Foto referencial: AP)
Para la ciencia aún no existe una respuesta concreta a la interrogante acerca la producción de neuronas en la edad adulta. Si bien, algunos estudios apuestan por la neurogénesis (producción de esta célula) más allá de los primeros años de vida, no existe evidencia suficiente para afirmarlo con total certeza.

Ahora, una reciente investigación llevada a cabo por un equipo internacional de científicos, liderado por el investigador Arturo Álvarez-Buylla (de la Universidad de California) y publicada en la revista Nature, sostiene que el desarrollo de neuronas en el hipocampo del cerebro humano se ralentiza con los años hasta detenerse por completo en la edad adulta.

Cerebro
La creación de neuronas decrece a medida que envejecemos. (Foto: Pixabay)
--- Importancia de las neuronas ---

Las neuronas son las principales células del sistema nervioso.

Se estima que el cerebro humano tiene unos 100.000 millones de neuronas, de unos 10.000 tipos distintos.

Su misión es unirse a su compañera correspondiente, en el lugar adecuado y sin equivocarse para formar la compleja e intrincada red neuronal que usa nuestro cerebro para gestionar la información, adquirir conocimiento y manejar las emociones.

La creación de nuevas neuronas en el hipocampo durante la vida es un proceso que se ha relacionado con la memoria, el estado de ánimo, el estrés, el ejercicio y las enfermedades neurológicas.

--- El estudio ---

El hallazgo es novedoso ya que rebate la idea que sugiere que nuestro cerebro puede seguir produciendo neuronas llegadas la adultez.

En realidad, en un primer momento Álvarez-Buylla concibió el proyecto "tratando de confirmar la neurogenésis en el cerebro adulto, no de negarlo". Sin embargo, a medida que continuaban indagando se dio cuenta de que era imposible hallar neuronas jóvenes en el hipocampo de estos tejidos.

Para obtener los resultados se hicieron pruebas en el cerebro de 59 personas de distintas edades, desde fetos a adultos. Los científicos descubrieron que durante los primeros meses de existencia se produce una gran cantidad de neuronas, pero que después ese proceso se va deteniendo. El individuo de mayor edad en el que descubrieron que se seguían desarrollando neuronas tenía 13 años.

--- Controversia ---

El descubrimiento cuestiona un punto de vista sustentado en numerosos estudios con mamíferos, incluidos los humanos, que concluyen que la creación de neuronas en esta región continúa en la edad adulta.

No obstante, mucho de estos trabajos se han hecho con ratones, que si bien suelen ser usados para los experimentos científicos, pueden traer algunos problemas al extrapolarlos a humanos.

En muchas especies de cerebro complejo, como los monos, las células madres que deberían seguir generando neuronas están latentes, pero inactivas; en los ratones no ocurre lo mismo.

No obstante, las controversias en la ciencia no son malas, por el contrario, ayudan a profundizar sobre un tema y a encontrar respuestas cada vez más certeras. Avances en la investigación sobre el hipocampo podrían ayudar, por ejemplo, a mejorar la comprensión de enfermedades como la depresión o el alzhéimer.

lunes, 6 de abril de 2015

¿Tú que piemsas?





Viernes 03 de abril del 2015 | 11:18

¿Estamos programados para creer en un Dios?

¿Qué dice la ciencia: está en el cerebro la razón de que sea tan generalizada y persistente?


¿Estamos programados para creer en un Dios?
BBC

La religión -la creencia en seres sobrenaturales, incluidos dioses y fantasmas, ángeles y demonios, almas y espíritus- se encuentra a lo largo de la historia y en todas las culturas.
La evidencia de la suposición de la existencia de una vida de ultratumba data de hace al menos 50.000 a 100.000 años atrás.
Cada cultura humana conocida tiene su mito de la creación, con la posible excepción del pueblo amazónico Pirahã, que tampoco cuenta con palabras para los números, colores y jerarquía social.
Es difícil conseguir datos exactos sobre el número de creyentes hoy en día, pero algunas encuestas sugieren que hasta el 84% de la población mundial es miembro de grupos religiosos o dice que la religión es importante en su vida.
Vivimos en una época de acceso sin precedentes al conocimiento científico, que algunos consideran que no concuerda con la fe religiosa. Entonces, ¿por qué la religión es tan omnipresente y persistente?
Psicólogos, filósofos, antropólogos y hasta neurocientíficos han sugerido posibles explicaciones de nuestra predisposición natural a creer, y para el poderoso papel que la religión parece jugar en nuestras vidas emocionales y sociales.


Neptuno era el dios romano del mar. Cuando había una tormenta, se creía que estaba furioso. Era un dios con temperamento humano. Muerte, cultura y poder
Las actividades religiosas más tempranas aparecieron como respuesta a cambios corporales, físicos o materiales en el ciclo de la vida humana, principalmente la muerte.
Los rituales de duelo son una de las formas más antiguas de experiencia religiosa. Muchos de nuestros ancestros no creían que la muerte era necesariamente el final de la vida. Era una transición. Algunos creían que los difuntos y otros espíritus podían ver lo que pasaba en este mundo y hasta tenían cierta influencia en los eventos que ocurrían.
Esa es una noción verdaderamente poderosa. La idea de que los muertos o hasta los dioses están con nosotros y pueden intervenir en nuestras vidas es reconfortante, pero también nos lleva a ser muy cuidadosos con lo que hacemos.
Los humanos somos esencialmente seres sociales y por ello vivimos en grupos; como grupos sociales tendemos a la jerarquía, y la religión no es una excepción. Cuando hay un sistema jerárquico, hay un sistema de poder, y en un grupo social religioso, esa jerarquía localiza a su miembro más poderoso en la cima: la deidad - Dios.
Es frente a Dios que tenemos que rendir cuentas.
Hoy en día, la religión y el poder siguen conectados.
Estudios recientes muestran que recordar a Dios nos hace más obedientes.
Hasta en sociedades que han tratado de reprimir la fe, surgieron cosas que tomaron su lugar, como el culto a un líder o al Estado. Entre menos estable política y económicamente sea un país, más probable es que la gente busque refugio en la religión. Los grupos religiosos a menudo pueden ofrecer el apoyo que los Estados no proveen a quienes se siente marginalizados.
Así que factores sociales ayudan a desarrollar y reforzar la fe religiosa, así como lo hace la manera en la que nos relacionamos con el mundo y con los demás.
Dioses como otras mentes
En todas las culturas, los dioses son esencialmente personas, hasta cuando tienen otras formas o carecen de forma física.
En la actualidad, muchos psicólogos piensan que creer en dioses es una extensión de nuestro reconocimiento, como animales sociales, de la existencia de otros, y de nuestra tendencia a ver el mundo en términos humanos.
Proyectamos pensamientos y sentimientos humanos en otros animales y en objetos, e incluso en fuerzas naturales, y esta tendencia es una piedra fundamental de la religión.
Es una idea antigua, que se remonta al filósofo griego Jenófanes, a quien se le cita argumentando que si los animales pudieran pintar, representarían a los dioses con formas animales.
De manera que la creencia religiosa puede estar fundada en nuestros patrones de pensamiento y cultura humana. Algunos científicos, sin embargo, han ido un paso más allá y han escaneado nuestros cerebros en busca del legendario "punto Dios".


Cuando nace un bebé, generalmente hay ya sea un bautizo o una ceremonia para nombrarlo: eso marca la nueva identidad del chico y le da la bienvenida al grupo social. Dios en el cerebro
Los neurocientíficos han tratado de comparar los cerebros de creyentes y escépticos, y de observar qué pasa en nuestros cerebros cuando rezamos o meditamos. Se sabe muy poco en este campo pero hay algunas pistas.
Nuestros cerebros cambian a lo largo de la vida, a medida que nos desarrollamos y experimentamos cosas nuevas. Virtualmente todas las partes de nuestro cerebro están involucradas en todo lo que hacemos y experimentamos, así que no sólo no existe un "punto Dios", sino que no hay un punto específico del cerebro dedicado a sólo una cosa.
Hay algo que sí sabemos: el cerebro humano es el más avanzado del mundo animal, y el único con una maravillosa capacidad: la de darle sentido a la realidad.
Poniéndole puntuación a la vida
A menudo se habla del cerebro como una máquina de significado. En la medida en la que estamos constantemente buscando patrones, estructuras y relaciones de causa-efecto, la religión puede proveer una variedad de estrategias para dar significado.
Las creencias religiosas le ayudan a los humanos a ordenar y encontrarle el sentido a sus vidas. Y los rituales en particular pueden "darle puntuación" a nuestras vidas, marcando los eventos más cruciales.
Y los rituales son comunes en todos los grupos sociales humanos, incluidos los de ateos.
Aunque ni la neurociencia, ni la antropología y ni siquiera la filosofía tienen la respuesta definitiva a la pregunta "¿Existe Dios?", todas esas disciplinas dan pistas sobre cómo respondemos a nuestras más profundas necesidades humanas.
Quizás no estemos programados para creer en Dios o en un poder sobrenatural, pero somos animales sociales con la necesidad evolutiva de estar conectados con el mundo y con otros.
De pronto las religiones son sencillamente canales para posibilitar tan significativas conexiones.

jueves, 20 de junio de 2013

Crean un atlas del cerebro en 3D


jueves 20 de junio del 2013 13:40

Crean el atlas del cerebro más detallado del mundo y en 3D

Este trabajo podría ayudar a comprender importantes procesos como cognición, lenguaje o incluso emociones



 Jülich, Alemania (DPA). Científicos de Alemania y Canadá crearon un nuevo mapa del cerebro en tres dimensiones y 50 veces más detallado que los que existían hasta ahora, informó la prestigiosa revista estadounidense “Science” en su nueva edición.
Para elaborar el nuevo “atlas cerebral”, los investigadores seccionaron el cerebro del cadáver de un hombre de 65 años en más de 7.400 láminas. Cada sección es más delgada que un cabello humano y llega a un nivel de detalle casi celular.
“Las células están un poco borrosas, pero podemos ver cómo están distribuidas y con qué densidad. Estamos viendo hasta el último rincón del cerebro”, explicó la directora del proyecto, Katrin Amunts, profesora de la Universidad de Düsseldorf y del Centro de Investigación de Jülich.
Amunts explicó la revolución que representa el nuevo mapa con una comparación: en los mapas existentes hasta ahora podían identificarse continentes, países y ciudades. “Ahora podemos echar un vistazo a cada calle“, señaló.
El modelo cerebral logrado por los científicos de Jülich, Düsseldorf y el Instituto de Investigación de Montreal puede seguir completándose más adelante para sumar datos sobre estructura molecular, información genética o conexión entre áreas cerebrales, destacó Amunts.
El atlas ya aportó sus primeras conclusiones. Los investigadores descubrieron por ejemplo que las células se reparten según la función cerebral. “La distribución depende de si un área sirve para dirigir movimientos o procesar sonidos o estímulos luminosos”, según la neuróloga.
LA IMPORTANCIA
El nuevo cuadro de la arquitectura celular podría ayudar a comprender importantes procesos como cognición, lenguaje o incluso emociones. Y, en consecuencia, a entender también por qué a veces uno de esos procesos funciona mal.
El conocimiento más exacto del cerebro también tiene un efecto inmediato por ejemplo en el tratamiento de pacientes con parkinson, porque la colocación precisa de los electrodos de apenas dos milímetros que se utilizan con ellos es de crucial importancia.
Pocos laboratorios del mundo cuentan con los recursos necesarios para seccionar en láminas ultrafinas un cerebro completo. Alemania tiene una larga tradición en el procesamiento de cerebros de cadáveres.