BBC Mundo
miércoles 18 de septiembre del 2013
La mujer que enseña a los niños cómo comportarse si se cruzan con Obama
Imagínate que recibes una invitación para que tus hijos vayan a la
Casa Blanca. ¿Estás seguro de que ellos se portarán bien? Crystal Bailey se encarga de que así sea
Crystal Bailey hace grupos en sus clases. (BBC Mundo)
(BBC Mundo). Imagínese por un momento que usted recibe una invitación para que su familia visite la
Casa Blanca y se reúna con el presidente
Barack Obama. ¿Se comportarían bien sus hijos?
Esa pregunta intenta resolverla en
Washington
Crystal L. Bailey, una empleada del Departamento de Justicia que en las
tardes dicta clases privadas de etiqueta a los hijos de la élite de la
capital de
Estados Unidos.
Ya sea en casas, en restaurantes o incluso en hoteles como el
pomposo Ritz Carlton, Bailey se dedica a enseñarles a los pequeños -que
tienen desde 3 años en adelante- todas las reglas básicas de
comportamiento para que dejen la mejor impresión (de ellos y de sus
padres) si se topan con alguna figura relevante del mundo político y
empresarial de Washington.
Esas reglas incluyen desde elementos básicos como un apretón de
manos perfecto hasta temas un poco más complejos como los pasos para
doblar una servilleta de tela o la etiqueta necesaria para tomar té y
comer galletas en vajilla de porcelana.
La sesión se llama una “Clase de Etiqueta para Jóvenes Diplomáticos: Una tarde de elegancia”, y BBC Mundo participó en ella.
PREADOLESCENTE SOBRESALIENTEAnna Graham tiene apenas 10 años, pero habla de sus responsabilidades como si fuera una alta ejecutiva.
Este año fue elegida “Preadolescente Sobresaliente de Virginia”, ya
tiene una hoja de vida que se puede descargar de internet y además le
gusta discutir uno de los temas que conoce a profundidad: la diabetes,
de la que padece.
Su objetivo expreso es ayudar a fomentar la investigación sobre esa
enfermedad y por ello ha viajado al Capitolio para reunirse con
congresistas y hablar “de la importancia del financiamiento
gubernamental para la diabetes juvenil”, como ella misma lo define al
hablar con BBC Mundo.
En esta tarde de viernes, ella es una de las alumnas de Miss Bailey,
como se hace llamar la profesora cuando está con los niños. La
acompañan otros tres menores -entre 8 y 12 años- en un elegante comedor
privado donde se aprestan a conocer los secretos de la etiqueta moderna.
Comienzan con una lección para presentarse: no sólo qué decir de
ellos mismos, sino cómo convencer con la mirada, cómo mantener la
postura y cómo apretar la mano con la intensidad perfecta, sin que sea
demasiado fuerte ni demasiado suave.
Todos se sientan y Miss Bailey distribuye unos cartones de bingo. Es
hora de aprender, con un juego, los modales en la mesa: por qué es
importante quitarse el sombrero a la hora de cenar, cómo doblar la
servilleta de tela en el regazo o a qué volumen poner la música que
ambientará la velada.
Los niños reciben, entonces, una vajilla de porcelana, que deben
ubicar adecuadamente sobre la mesa, con la cantidad ideal de cubiertos
de plata y una servilleta que aprenden a doblar en forma de cono de
helado.
Luego, con la mesa puesta, reciben indicaciones sobre cómo servir el
té sin hacer ruido, cómo tomar la taza sin levantar el meñique -algo
que creen es señal de elegancia hasta que Crystal los corrige- y hasta
cómo comenzar charlas triviales mientras disfrutan del té.
“Uno no se imaginaría a los niños sentados alrededor de la mesa
tomando té”, dice Crystal, “pero muchas de estas personas están en
circunstancias únicas, así que es importante que tengan buena etiqueta”.
UNA BUENA REPRESENTACIÓNLa de Bailey no es la
única clase de etiqueta que se ofrece en Washington y sus lecciones
tampoco son exclusivas para el mundo político y empresarial.
De hecho, ella enfatiza que le parece importante que sus alumnos
sepan comportarse en cualquier situación, incluso si van a un
restaurante de comida rápida.
Pero también explica que por el mismo hecho de estar en la capital
del país, los niños están generalmente expuestos a compañías que tienen
sus sedes centrales en Washington, al mundo político del Congreso y a
decenas de embajadas.
“Así que realmente hay una necesidad de que los niños se comporten
bien cuando los padres hacen una invitación a comer o a un evento”,
dice.
“Ciertamente no quieren que sus hijos estén sentados en una esquina, pues no es una buena representación de ellos”.
La mamá de Anna, Regina, está de acuerdo en que es clave que su
pequeña se comporte bien, especialmente ahora que ha empezado a reunirse
con el mundo político de Washington.
“Es grandioso que ella siempre esté pendiente de sus modales y sea
capaz de comportarse con gracia y desenvoltura cuando esté frente a
alguien”, dice.
Anna, por su parte, demuestra en todo momento que ha recibido
consejos sobre el tema, tanto en su propio hogar como ahora en la sesión
de etiqueta con Miss Bailey.
“Todo lo que aprendí acá puedo llevarlo conmigo a la casa”, dice al
final de la clase, con postura perfecta y mirando a los ojos. “Cómo
poner la mesa, cómo doblar servilletas y simplemente cómo ser una cortés
señorita”.