La NASA envía una misión que ayudará a administrar el agua de la Tierra
La NASA tiene previsto dar a conocer los primeros datos recogidos por los satélites 180 días después del lanzamiento de la misión
La
misión medirá los cambios en las capas de hielo y glaciares, el
almacenamiento de agua subterránea, las corrientes oceánicas profundas
de la Tierra. (Foto: NASA)
La misión GRACE-FO de la NASA despegó
con éxito de la Base Aérea de Vandenberg, en California (EE.UU.), con
el objetivo de trazar las líneas maestras de una administración óptima
de los recursos hídricos de la Tierra.
El despegue
del cohete Falcon 9 se llevó a cabo tal como había previsto la agencia
espacial estadounidense tras el intento fallido del 19 de mayo.
Estas mediciones pueden ayudarnos a preservar mejor el agua y medioambiente. (Foto: NASA)
Dos satélites idénticos, que orbitarán la Tierra a
unos 220 kilómetros de distancia, medirán durante al menos cinco años
los cambios mensuales de la masa acuática de los océanos y las capas de
hielo para determinar de qué manera está afectando el cambio climático a
la Tierra.
La NASA
tiene previsto dar a conocer los primeros datos recogidos por los
satélites 180 días después del lanzamiento de la misión, cuya
información será analizada por los expertos cada 30 días.
Sin embargo,
las modificaciones en el periodo de un mes son mínimas, por lo que "lo
interesante" de estudiar serán los números agregados en fases más
amplias, indicó el científico jefe de la misión, Frank Webb en una rueda
de prensa previa al lanzamiento.
A diferencia
de otros satélites de observación de la Tierra, que llevan instrumentos
que observan una parte del espectro electromagnético, los dos satélites
de la Gravity Recovery and Climate Experiment Follow-On (GRACE-FO) son
el instrumento en sí.
A partir de
los datos recogidos por estos satélites, los investigadores producirán
mapas mensuales de agua y cambio de masa mediante la combinación de esta
información con las mediciones de GPS y las medidas del acelerómetro de
otras fuerzas, como la resistencia atmosférica.
La lanzada hoy es la segunda fase de la misión GRACE, que completó 15 años de exploración espacial en enero de 2017.
Esa misión "revolucionaria", lanzada en 2012, sentó las bases de la comprensión del movimiento del agua en la Tierra en profundidad, la misma meta que persigue ahora la segunda parte de la exploración de la NASA.
GRACE midió la pérdida de hielo en la Antártida,
identificó patrones en el cambio del nivel del mar, descubrió anomalías
en el almacenamiento de agua subterránea y monitoreó la sequía de entre
2011 y 2017 en California.
Estos hallazgos fueron "muy importantes" para la comunidad científica,
no solo por las más de 30.000 publicaciones que provocó, sino porque
sirvió para dar los primeros pasos para mejorar la comprensión hacia una
mejor administración del agua.
La sucesora GRACE-FO continuará realizando investigaciones sobre el clima y la capa acuática de la Tierra
gracias a los dos satélites con una capacidad altamente precisa de
seguimiento a distancia y un interferómetro de rango láser (LRI, en
inglés), un equipo que permite la realización de medidas topográficas en
tres dimensiones.
"Los
recursos hídricos son vitales para la vida en la Tierra y la manera en
que las civilizaciones han operado. Es muy importante entender cómo
estos recursos están cambiando", sintetizó Webb ante los periodistas en
las horas previas al lanzamiento.
La misión
tendrá un coste total de 430 millones de dólares para la NASA y de 90,7
millones de dólares para el Centro de Investigación Alemana para las
Geociencias (GFZ, en sus siglas en inglés), principal socio de la
agencia espacial estadounidense en esta exploración.
(Fuente: EFE)