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martes, 4 de diciembre de 2018

A propósito del asilo denegado a Alan García

El dramático asilo de Cáceres, por Héctor López Martínez

"Cáceres en ningún momento perdió la compostura. Macchi le dijo que tenía que asilarse y también su familia".

"Cáceres salvó la vida gracias al asilo".

El frustrado asilo del doctor Alan García en la residencia del embajador del Uruguay ha motivado el interés de muchas personas sobre antecedentes de este privilegio en nuestro país. Quiero recordar un episodio de nuestra historia decimonónica muy poco conocido en detalle: el dramático asilo en la Legación de Inglaterra del general Andrés A. Cáceres en las primeras horas del 19 de marzo de 1895.

Dos días antes, el domingo 17, Nicolás de Piérola al mando de sus bravos montoneros había ingresado a Lima por la portada de Cocharcas entablándose una sangrienta lucha contra el ejército cacerista. Era este el colofón de una contienda iniciada casi dos años antes cuando se formó la Coalición Nacional uniendo a dos antiguos adversarios, civilistas y demócratas. Allí se acordó que Piérola dirigiera las fuerzas coalicionistas con el título de delegado nacional. Debía desalojar al general Cáceres de Palacio de Gobierno, al cual había llegado con prepotentes maniobras.

Hasta las ocho de la noche del 17 se combatió rabiosamente calle por calle, torre por torre de las iglesias capitalinas. El lunes 18 se reanudó el combate con mayor intensidad. Después de cuarenta y ocho horas de lucha en las calles limeñas había mil quinientos muertos de ambos bandos y aproximadamente dos mil heridos. El fuerte calor descomponía los cadáveres, la pestilencia era insoportable y se temía el estallido de una epidemia.

Estando así las cosas el delegado apostólico, monseñor Juan Macchi, actuando en nombre del Cuerpo Diplomático, ofreció sus buenos oficios ante Cáceres y Piérola para lograr una tregua. En los informes de Macchi, hasta ahora inéditos, a la Secretaría de Estado del Vaticano, refiere cómo el ejército cacerista estaba perfectamente armado y cómo los montoneros eran una fuerza colecticia con escaso armamento. “Pero de la parte de los revolucionarios estaba el pueblo –señala Macchi– que desde las ventanas, desde los techos y por las calles, abría fuego y estaba listo para sustituir a quienes caían, tomando las armas”.

Se produjo la tregua por veinticuatro horas, la cual se fue alargando en busca de un acuerdo de paz y, finalmente, se formó un gobierno provisional. Cáceres estaba anonadado y le dijo a monseñor Macchi “que había estado engañado por los que le rodeaban”. Fue entonces que el prelado le contestó con estas restallantes palabras: “General, a usted hoy le odian hasta las piedras. No vale la pena que derrame más sangre. Aunque venza, ya usted no podrá gobernar”.

Cáceres en ningún momento perdió la compostura. Macchi le dijo que tenía que asilarse y también su familia. Luego de algunas consultas y coordinaciones se eligió la Legación inglesa. Fresco estaba todavía el recuerdo del suicidio del presidente de Chile, José Manuel Balmaceda, quien estando asilado en la Legación argentina en Santiago se disparó un balazo en la sien el 19 de setiembre de 1891, al saber que sus fuerzas habían sido derrotadas por las del Congreso en la decisiva batalla de La Placilla. Balmaceda estaba seguro de que si caía en manos de la turba victoriosa sufriría terribles vejámenes. Por eso prefirió morir.

Monseñor Macchi y el jefe de la Legación inglesa, Henry Mitchell Jones, se daban cuenta de que Cáceres no debía quedarse por muchos días en su asilo limeño pues su vida corría peligro. Así, pues, el héroe de la Breña, acompañado por el diplomático y el adjunto naval inglés, además de su mayordomo, marchó al Callao, en la madrugada del 23 de marzo, en una veloz berlina conducida por dos briosos caballos. Ya en el puerto, Cáceres y su acompañante abordaron un buque de guerra francés que le dio asilo, previamente acordado, y el 27 de ese trágico marzo se embarcó en el vapor de pasajeros Serapis con destino a Montevideo, Uruguay, donde llegó el 27 de abril alojándose en el Hotel de las Pirámides para luego de una semana marchar a Buenos Aires, donde se reunió con su esposa e hijas que también, bajo protección diplomática, salieron de Lima rumbo a Valparaíso para proseguir a la capital argentina. Cáceres salvó la vida gracias al asilo.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Hoy en el Perú






Uruguay rechazó el pedido de asilo del ex presidente Alan García

El mandatario uruguayo Tabaré Vázquez afirmó que en el Perú "funcionan libremente los tres poderes del Estado"

Alan García
Desde el sábado 17 de noviembre pesa sobre Alan García una orden de impedimento de salida del país por 18 meses. (Foto: El Comercio/ Video: Canal N)

Después de poco más de dos semanas de que el ex mandatario Alan García solicitara asilo diplomático al gobierno de Uruguay, el presidente de ese país, Tabaré Vázquez, anunció hoy el rechazo a este pedido, al considerar que en el Perú “funcionan libremente” los tres poderes del Estados, entre ellos el judicial, que investiga al líder del Partido Aprista.
“No hemos concedido el pedido de asilo […] En el Perú funcionan autónomamente y libremente los tres poderes del Estados, especialmente el Poder Judicial que está llevando a cabo las investigaciones de eventuales delitos económicos [de García]. Por estas consideraciones estrictamente jurídicas y legales, no concedemos el asilo político”, manifestó.
Vásquez también indicó que Alan García debía retirarse “inmediatamente” de la residencia del embajador de Uruguay en Lima, Carlos Barros, una vez que sea comunicado de la medida de su administración.
En comunicación con Radio Programas, el canciller peruano Néstor Popolizio confirmó que Alan García se retiró de la casa de Barros esta mañana. Precisamente, las cámaras de televisión captaron a una camioneta de lunas polarizadas ingresar y salir de la vivienda de San Isidro.
El presidente uruguayo precisó que tomó en cuenta, a la hora de tomar una decisión final sobre el pedido de asilo, que el líder del Partido Aprista está siendo investigado por presuntos delitos económicos, en referencia al presunto pago de US$100.000 que le hizo la constructora Odebrecht por una conferencia que brindó en Brasil.
Agregó que en las próximas horas la medida será oficializada por medio de un decreto presidencial.
Vásquez refirió que estudiaron el expediente que envió el gobierno del Perú de más de 1.000 hojas así como la carta de Alan García y los sustentos de su abogado. Añadió que dejó de lado los pronunciamientos de ONG.
Por su parte, el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa explicó que el artículo 3 de la Convención de Caracas de 1954, que fue citada por Alan García en su solicitud, establece que “no es lícito” conceder asilo a personas que al tiempo de pedirlo estén siendo procesadas por delitos comunes o hayan sido inculpadas por estos.
Nin Novoa afirmó que las investigaciones judiciales contra el ex jefe de Estado peruano “no constituyen persecución política”.
Desde el sábado 17 de noviembre pesa sobre Alan García una orden de impedimento de salida del país por 18 meses.