‘El nuevo analfabetismo no es no saber cosas, es no saber usar la información’ Jimmy Wales
Mostrando las entradas con la etiqueta Callao. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Callao. Mostrar todas las entradas
martes, 27 de agosto de 2024
jueves, 10 de noviembre de 2022
jueves, 7 de julio de 2022
Los Baños de La Punta.
MEMORIAS DE LIMA.
3 julio 2022
Conociendo mi Ciudad.
Los Baños de La Punta.
Todos hemos escuchado hablar sobre los baños de Barranco y Chorrillos, muy poco se habló de los famosos Baños de La Punta, aquí un resumen de esa época.
Los tan connotados y siempre recordados Baños de La Punta se establecieron a mediados del siglo XIX.
Tal fue la acogida que tuvieron que, según se refiere Agustín Tovar Albertis, se solicitó y concretó la donación de los rieles usados en el acarreo de materiales para la construcción de la Penitenciaría de Lima, y con ellos se implementó una vía de tracción animal entre la calle Paz Soldán del Callao y los baños punteños, con la finalidad de facilitar el acceso de veraneantes.
Después de décadas de agobio del país, entre las cuales libramos dos Guerras: con España y Chile – de contrastables desenlaces, memorable victoria heroica y derrota absoluta, respectivamente -, los años de estabilidad aparente retornaron al Perú y la acogida de los Baños de La Punta renació con ella. Su auge aumentaba con el paso del tiempo, es así que en las postrimerías del Gobierno de Remigio Morales Bermúdez, el 13 de febrero de 1894, se autoriza a la Empresa del Ferrocarril a extender su servicio hasta el entonces caserío de La Punta, para que más limeños pudiesen disfrutar de los afamados baños, con todas las facilidades de transporte que el lugar y la gente merecían.
Gracias a la ampliación del servicio ferrocarrilero, La Punta, como Balneario, comienza a tomar importancia en el 1985, ya que, por aquellos años, concurrían ingenieros y empleados de la Empresa del Muelle y Dársena, así como los de la Compañía Inglesa de Vapores, para disfrutar al unísono de las jóvenes y hermo9sas playas, mientras la Isla San Lorenzo los protegía paternalmente aguaitando desde un rincón.
A pesar de la trascendencia turística de La Punta, sería recién en 1889 cuando forma parte de la historia del Callao, llegando a establecer una unidad geográfica y una misma administración política y judicial.
La gran concurrencia al Balneario punteño trajo como consecuencia la construcción de cuatro hoteles: El “Gran Hotel”, que desgraciadamente se destruyó a consecuencia de un incendio en 1914. (El fuego se estaba propagando a gran velocidad, por lo que la marinería debió cortar el edificio en dos partes para que el incendio se detuviese. Obviamente el recinto era de madera, lo que le facilitaba la misión a las llamaradas. Aquel día Amelia Vargas celebraba su luna de miel, la que se efectuó, literalmente, entre llamas). El “Gran Hotel” y el Hotel “Eden”, ambos administrados por el eternamente recordado don Luis Giampetri. El “Bristol”, propiedad del Dr. Paulino Fuentes Castro; y el “Internacional”, de Don Luis Martinot, ciudadano francés. El favorito de los ingleses era el Hotel Internacional, donde se celebraban suntuosas y largas fiestas durante los meses de temporada en el verano, que podían comenzar, o concluir, con un partido de fútbol por la mañana. Del otro lado encontramos a las familias peruanas, las que preferían alojarse durante los meses de vacaciones en el Hotel Bristol, conocido por su espléndida cocina.
Paulatinamente los mares de La Punta fueron tomando más prestigio, por lo que comenzó a ser recurrentemente visitada por la aristocracia de comienzos del Siglo XX. Las más connotadas personalidades de la otra Ciudad de los Reyes poseían sus casas de veraneo en La Punta, entre éstas encontramos a una de las grandes personalidades políticas del siglo XX, y, además dos veces presidente de la Nación, el civilista José Pardo y Barreda, quien pernoctaba en los que ahora el Malecón Pardo, apelativo de bautizo que detenta, evidentemente, en su honor. Fue en la década de 1910 cuando nuestra casa deja de ser un humilde caserío de pescadores para tornarse en un bello balneario frecuentado por las familias de alta alcurnia, que venían en verano a La Punto y en invierno iban a Chosica – como recordaba su niñez el escritor Alfredo Bryce Echenique. Debemos recordar que los lujosos Baños de La Punta se prolongaron hasta mediados del Siglo XX, por lo que la presencia de Bryce es comprensible.
Fuente: munilapunta.gob.pe
Fuente de la foto: El callao que se nos fue, Edición del 1 de Julio del 2022.
viernes, 27 de julio de 2018
lunes, 14 de agosto de 2017
miércoles, 19 de noviembre de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)