Mujeres y patentes: contribución con la actividad inventiva peruana, por Mauricio Osorio
"El año pasado el número de solicitudes de patentes con participación de mujeres inventoras peruanas alcanzó el 21% del total de solicitudes nacionales recibidas por el Indecopi. En el 2000 fue de 6% y en en el 2010 de 9%".
Mauricio Osorio Subdirector de Promoción al Patentamiento de la Dirección de Invenciones y Nuevas Tecnologías del Indecopi
"La
primera patente de la cual se tiene registro en el Perú, le
correspondió a Carmen Noriega, por la creación de una máquina para moler
chocolate, otorgada en 1837".
Hoy
se celebra el Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Para realzar
esta fecha, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual ha
decidido tomar la ocasión para rendir homenaje a las mujeres involucradas
en las actividades creativas y de innovación, como artífices de cambio.
Y es que, si bien la capacidad inventiva o de ingenio de las personas
no se encuentra determinada por el sexo al que pertenecen, en términos
generales, resultan muy frecuentes y casi espontáneas las referencias
masculinas a las que se suele recurrir a la hora de abordar los temas
relacionados con inventos (como Leonardo Da Vinci, Thomas A. Edison,
Alexander Graham Bell, entre otros).
No obstante, pocos conocen que fueron mujeres las
que inventaron la fibra resistente con la cual se construye el chaleco
antibalas (Stephanie Kwolek), el cristal no reflectante (Katharine
Blodgett), el periscopio submarino (Sarah Mather), la escalera externa
de incendios (Anna Connelly), la balsa salvavidas (María Beasley) o la
sierra circular (Tabitha Babbitt). Todos estos productos han permitido
el desarrollo y progreso de diferentes industrias o sectores, así como
transformar o facilitar la vida de las personas.
En el caso concreto del Perú, se puede indicar que existe una relación muy interesante entre las mujeres y
las invenciones, pero, sobre todo, un futuro que avizora mayor
consolidación, volumen y aporte para los intereses nacionales. Como
muestra, comparto tres aspectos que valen la pena resaltar.
En primer lugar, la presencia de mujeres inventoras
en nuestra sociedad mantiene larga data. De hecho, la primera patente
de la cual se tiene registro en el Perú, le correspondió a Carmen
Noriega, por la creación de una máquina para moler chocolate, otorgada
en 1837. A pesar de que no se ha podido rescatar mayor información sobre
esta inventora peruana, la máquina desarrollada podría haber resultado
muy importante para la naciente actividad industrial de la época.
También se
puede mencionar que el registro más antiguo de una patente concedido a
una mujer peruana encontrado en los archivos del Indecopi, le
corresponde a Elma Paniagua de Carranza, docente e inventora en serie
peruana, quien, junto con Sigfredo Leo Farje, logró patentar en 1968 un
procedimiento para deshidratar vegetales y animales. Las invenciones de
la señora Paniagua incluso la llevaron a patentar en Polonia, Chile y
España.
En segundo
lugar, analizando épocas más cercanas, entre los años 2000 y 2017, casi
el 43% de las invenciones con solicitudes de patentes que incluyen
participación femenina correspondió a patentes de invención (57% a
modelos de utilidad). Este mismo análisis, para el caso de los hombres,
resulta en 28% de solicitudes de patentes de invención (72% de modelos
de utilidad).
A primera
impresión, esta comparación sería intrascendente, pero dada las
diferencias existentes entre ambas modalidades de patentes, implica que
aquellos inventos desarrollados con participación de mujeres incorporan
una mayor carga inventiva y de novedad, como resultado de procesos más
complejos de investigación y desarrollo, con el consiguiente mayor
impacto esperado para aquellos sectores en los que se aplicarán. Por lo
tanto, como país resultará muy conveniente estimular a que un mayor
número de mujeres se sume a las actividades de invención.
Por último, el año pasado el número de solicitudes de patentes con participación de mujeres inventoras
peruanas alcanzó el 21% del total de solicitudes nacionales recibidas
por el Indecopi. Esta, sin duda, es una cifra considerablemente alta si
se toma en cuenta que dicha participación fue de 6% en el 2000 y de 9%
en el 2010.
Lo señalado evidencia, a partir de la información de patentes, el importante posicionamiento y rol que vienen alcanzando las mujeres en materia de resultados tangibles de las investigaciones e invenciones. Sin duda, un orgullo para nuestra sociedad
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